¿Te has lavado las manos?
En el ránking personal de frases escuchadas esta pregunta está en mi TOP 10.
En mi casa, mi madre nos ha inoculado la idea de lavarnos las manos un número indecente de veces al día, antes de todo, después de todo, y mi pregunta es: ¿lleva razón?
¿Lleva razón?
Podría parecer arte, pero no. Es el cultivo que una técnico de laboratorio de microbiología realizó con la mano de su hijo de 8 años. Las científicas son así. Están un día en su casa y ponen en una placa de Petri esterilizada una sustancia que propicia el cultivo de microorganismos (agar). Cuando su hijo llega de jugar en el jardín, le pide que presione con la palma en la placa.
Tras una semana, encuentra un vergel de estafilococos, micrococos y bacilos (entre otros), bacterias que suelen estar presentes en nuestro organismo, pero que pueden llegar a ser patógenas, sobre todo con el contacto de personas vulnerables.
Históricamente...
Un acto que es tan cotidiano, que nos parece hasta lógico, no fue implementado en la sociedad hasta bien entrado el sXIX. Ni los médicos se lavaban... iban del quirófano a la morgue, asistiendo a una parturienta por el camino, sin darse un agua siquiera. Fue el pobre Semmelweis, médico, el que se dio cuenta trabajando en un hospital vienés, que la mortalidad de las mujeres que daban a luz en el hospital era significativamente mayor que las que lo hacían en su casa. Y observó, que más aún aquellas que eran atendidas por más médicos y estudiantes. Así que propuso la locura de que se lavaran las manos antes de tocar a las pacientes. La mortalidad se redujo hasta un 10% (un hito en el momento) Esto sentó fatal a sus colegas... ¿se suponía que eran ellos, los médicos, los que iban transmitiendo las infecciones? Así que Semmelweis, fue despedido y degradado... Tuvo tan mala vida el hombre que terminó muriendo en psiquiátrico. Hoy, sus técnicas asépticas son (casi sin variaciones) las que se siguen usando en hospitales y las que más vidas han salvado, probablemente, en estos últimos 150 años.
Así que... yo, al menos, le haré caso a mi madre, y me seguiré lavando las manos.
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