Ola de calor: ¿Es la gente del sur más resistente a las altas temperaturas?


Una ola de calor, concepto que nos hartaremos de escuchar estos días, es por definición un período de tiempo sucesivo cuyas temperaturas exceden lo habitual. Lo que nunca había pensado es que "lo habitual" en un sitio, nunca lo es en otro, por lo que cada territorio tiene definición propia y unos valores distintos.

Ola de calor en España

Según la agencia estatal de metereología, AEMET, una ola de calor se produce cuando durante tres días sucesivos se alcanzan temperaturas por encima del percentil 95 de las temperaturas máximas diarias registradas en los julios y agostos desde 1971 al 2000 en un determinado territorio.  Es decir, cogen las temperaturas máximas de todos los días de julio y agosto desde 1971 al 2000. Las ordenan de menor a mayor. En el 95% de esos días establecen el umbral de ola de calor, por lo tanto, más allá de dichos grados se considerará ola de calor (siempre que sean más de tres días, se entiende)
Un proceso un poco engorroso si lo comparamos con el de Dinamarca, por ejemplo, que define ola de calor como 3 días consecutivos en el que más del 50% del país tenga una temperatura más alta de 28º.

Esta definición basada en estadísticas en lugar de valores puntuales, puede ser debida a la variabilidad del clima en territorio español. Así, como podemos observar en el mapa anterior en Asturias "sólo" se necesita superar 27'6º para considerar que se está sufriendo una ola de calor mientras que en provincias como Córdoba o Sevilla deben ser más de 40.

Al ser una ola de calor una definición que las autoridades toman como punto de partida para establecer un plan de prevención, me preguntaba yo sí es que la gente acostumbrada al calor es más inmune a las altas temperaturas... A ver, si alguien de Coruña necesita prevenirse del calor a 26º y en cambio uno de Badajoz casi rozando los 40º, ¿significa que a nivel fisiológico somos diferentes?

Aclimatación

En la ola de calor de 2003 que sufrió el oeste de Europa, murieron muchas más personas en países como Francia o Alemania que en España, siendo, en cambio, ésta última la que registró las temperaturas máximas absolutas. Se supone que el ser humano se aclimata al lugar donde vive, generando, incluso, cambios fisiológicos para tal fin, por lo tanto, no es tan "importante" en términos de mortalidad los valores absolutos como la diferencia de lo que sea habitual, de lo que a nuestro cuerpo esté acostumbrado. También es cierto que la aclimatación es una cuestión cultural: los horarios, las costumbres, la forma de tomarse el día... es muy diferente cuando te crías en el sur de España. Tenemos interiorizados una serie de comportamientos que nos hacen tener más cautela ante el calor. También las casas y los espacios públicos están mejor preparados. Aún así, y ante los días que vienen, ya sabéis: mucha agua y por la sombra.



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