Hibristofilia: Sexo con un asesino


Sentir fascinación por la maldad imagino que es humano. Intentar asomarse a una mente para conocer qué razones (si es que hay alguna) le han llevado a cometer crímenes atroces puede resultar llamativo. A mí al menos como psicóloga me ocurre. Pero en ocasiones vemos cómo los asesinos en serie más sanguinarios tienen una horda de seguidoras que pasan horas a los alrededores de las cárceles para poder cruzar una mirada. Reciben cientos de cartas de "fans", llegando, incluso, al matrimonio. Cuando la opinión pública nos enteramos de estos casos nos preguntamos:
¿Cómo puede alguien casarse con un ser que ha violado y matado a personas?


Este ultraderechista noruego que mató a 77 jóvenes recibe cartas de amor a la cárcel donde cumple condena.
Una mujer alemana llegó a viajar sólo por verle en el juicio. Lee la historia aquí.

Hibristofilia

La hibristofilia se considera una parafilia. La persona sólo siente atracción sexual por gente "peligrosa". Evidentemente, y como en todo, hay grados, siendo el más extremo la fascinación por asesinos y violadores. Son múltiples los casos conocidos: Ted Bundy, Charles Manson, el Monstruo de Amstettem o por poner un ejemplo español, Miguel Carcaño. Todos reciben (o recibieron)  cartas a la cárcel de mujeres que decían estar enamoradas. La psicología ha intentado entender a qué se debe esta filia llegando a algunas conclusiones:

- La figura redentora: la mujer intenta que ese ser "se vuelva bueno" gracias a su influencia. 
- El niño interior: de algún modo siente lástima del sujeto una vez ha sido condenado. Cuidarlo se convierte en una necesidad.
- Atracción por el peligro: es una forma de estar con alguien peligroso pero sin tener que lidiar con la cotidianidad debido a que está encarcelado. Esa ambivalencia satisface sus fantasías románticas sin estar, de hecho, en peligro.
- Notoriedad: ciertos casos se vuelven tan mediáticos que el asesino goza de una popularidad de la que la mujer quiere beneficiarse.

El mediático "Asesino de la catana" recibió cartas de
admiradoras llegando, incluso, a hacerse pareja de hecho
con una de ellas.

Más común entre mujeres heterosexuales

La hibristofilia, al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las filias, es mucho más común en mujeres que en hombres. El primer motivo puede ser que hay más hombres condenados por delitos violentos. Simple disponibilidad. Por otro lado, la socialización de las mujeres como "cuidadoras" es generalizada, lo que provoca que seamos más propensas a idealizar la "redención del chico malo". Por último, algunos autores apuntan (aunque no está demostrado científicamente) que algunas mujeres relacionan la violencia con la fuerza y la dominación: características evolutivamente deseables. 

Aunque la hibrostofilia comenzó a estudiarse en los años 50, aún queda mucho por comprender y, sobre todo, mucho que sanar.

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