La ciencia de tender la ropa


Una de las cosas malas que tiene vivir en Oporto es lo que tarda en secarse la ropa. Entre el frío, el río y el mar la ropa pasa más tiempo en el patio que en el armario. Qué coraje. Aprovecho cualquier día soleado para poner lavadoras. El otro día, quejándome de que ni al sol se secaba la colada, me dice el químico con el que vivo, inténtalo mejor con un día de viento. Llevaba razón. Pero ¿por qué?

¿Por qué tendemos la ropa así?

Hay hábitos que aprendemos sin preguntarnos por qué, sólo porque los hemos visto repetidos en millares de ocasiones durante nuestra vida. La mayoría de los casos  tienen razones científicas, aunque haya sido la sabiduría popular la que nos lo enseñó. Es el caso de tender la ropa como lo hacemos: extendida lo más posible, en lugar de doblada, por ejemplo. O echa un gurruño. La idea es que la mayor cantidad de superficie quede expuesta al aire. De esta forma el aire tiene más lugares para ir "robando" las moléculas de agua que se encuentran en la ropa. Las moléculas del agua líquida están unidas y moviéndose de forma continuada. Las moléculas de la superficie, gracias al continuo roce con el aire, pueden llegar a alcanzar la velocidad suficiente para "desprenderse" y convertirse en gas. Esto es el proceso de vaporación. Por eso siempre se evaporará antes el agua de un plato que de una botella. El problema viene cuando la capa de aire más próxima al agua está saturada ya de vapor (el aire sólo admite cierta cantidad de agua que varía según la temperatura), por lo que disminuye el intercambio. Así, en el caso de hacer viento, esta superficie queda renovada continuamente aumentando la velocidad del secado.

¿No tiene nada que ver el calor entonces?

Obviamente sí. Por dos razones: a mayor temperatura la humedad que admite el aire es mayor, y, por otro lado, al calentar el agua, las moléculas de ésta se mueven con mayor rapidez y así es más fácil que lleguen a alcanzar la velocidad óptima para convertirse en gas. Por lo tanto, viento y calor es la combinación ganadora. Yo, de momento, voy a ver cómo me apaño en la lavandería.

Comentarios

Lo más curioso

Sentinel del Norte ¿la isla irreductible?

2019: el año de la tabla periódica

La leche sin lactosa tiene lactosa