Para construir una nueva línea de metro, tuvieron que drenar uno de los archiconocidos canales de Ámsterdam. En este proceso descubrieron miles de objetos arrojados a las aguas durante siglos. En un alarde civilizado desconocido por estos lares, clasificaron todos aquellos que, de algún modo, eran reconocibles, creando una colección que nos habla de la evolución del ser humano.

La información deducida a través de este hallazgo es ingente: desde usos y costumbres por épocas hasta la localización de los distintos gremios ubicados en las orillas nos acerca a la actualidad una Historia que no se cuenta en los libros, pero que podemos reconocer gracias a la basura.

Mucha más (e interesantísima) información aquí.


Exposición en la estación de metro de  los objetos clasificados





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