El sexto sentido (y el séptimo, y el octavo, y el noveno...)
Aristóteles describe en su obra "De Anima" los 5 sentidos del ser humano: gusto, olfato, visión, audición y tacto. Esta clasificación ha estado vigente más de 2200 años pero investigaciones originadas en el s. XX ya nos hablan de más sentidos. Muchos más.
¿Qué es un sentido?
Evidentemente, según la definición que hagamos sobre lo que es un sentido, nos dará las pistas para poder clasificarlos. El sentido es la capacidad de percibir lo que hay a nuestro alrededor y lo que ocurre en nuestro propio organismo. Además, tienen que ser en cierta forma independientes, esto es, que deben tener mecanismos propios, como receptores o vías de información que sólo sirvan para ellos. Por lo tanto, siempre será suceptible de estar poco desarrollado o incluso completamente ausente.
Entonces, ¿cuántos sentidos tenemos?
Existe un debate entre la comunidad científica y los resultados que arrojan unos y otros estudios, pero, los sentidos que podríamos añadir a "los clásicos" serían los siguientes:
- Nocicepción: Percepción del dolor. Está ampliamente demostrado que los receptores del dolor son independientes a otros receptores táctiles. Además, existe su deficiencia: Insensibilidad Congénita al Dolor.
- Propiocepción: Con los ojos cerrados tócate la nariz con la mano izquierda. ¿Puedes, verdad? Esto es gracias al sentido que tenemos de nuestro propio cuerpo, su posición y los movimientos.
La propiocepción es la capacidad de sentir la posición
relativa de las distintas partes del cuerpo respecto a las otras y al espacio. - Termoalgesia: Percepción de nuestra temperatura interna.
- Equilibrio: Ubicado en el oído interno, nos permite tomar posición respecto al espacio, ya sea en reposo o en movimiento. Al producirse algún daño en este órgano podemos sufrir de mareos, náuseas y desorientación.
- Bariestesia: Percepción de la presión que ejercen las cosas sobre nuestro cuerpo.
- Interocepción : Percepción de nuestros órganos internos y la capacidad para autorregularlos.
- Kinestesia: Es la sensación del movimiento.
Que no seamos conscientes del uso que hacemos de estos sentidos, no significa que no existan, al contrario, son increíblemente esenciales para la supervivencia.
¿No crees?
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