Cerebro de hombre vs Cerebro de mujer


En una clase de  Psicoendocrinología, estaba la profesora hablándonos de las diferencias biológicas (tanto estructurales como funcionales) entre los cerebros de hombres y mujeres. Los datos que nos mostraba, daban a entender que "naturalmente" hablando, tenemos capacidades distintas. A los hombres se les da mejor conducir y a las mujeres cocinar, por ejemplo.
- Pero eso es debido más a una construcción social más que biológica, ¿no?- Preguntó una compañera poniendo en su boca lo que todas pensábamos.
- No. Hay cierta predisposición genética al respecto.- Respondió la erudita.
- Sí. El Gen del Pushero.- Dijo un poco más alto de lo que le hubiera gustado. Todas nos reímos y se quedó como la frase recurrente ante las barbaridades que no dejamos de oír durante toda la carrera.

Miles de "chistes" de este tipo recorren la red...
¿Tienen base científica?

El Gen del Puchero

¿Es exagerada esta afirmación o realmente pensamos que existen conductas determinadas por genética? ¿Somos hombres y mujeres diferentes a nivel cerebral? ¿Hay estructuras claramente diferenciadas? ¿Realmente ellos vienen de Marte y nosotras de Venus?

La ciencia dice NO

Aunque en el imaginario colectivo existe la creencia de las bases biológicas diferenciadas por sexos no hay evidencias científicas que apoyen esta idea. En primer lugar porque la variabilidad entre sujetos es mucho más acusada que intergrupos y por otra, porque no se puede constatar que dichas diferencias tengan una génesis biológica.
En un estudio realizado por Daphna Joel en el que se realizaron 1400 resonancias magnéticas cerebrales se concluyó que no se podía hablar de estructuras diferentes en hombres y mujeres, ni por tamaño ni por forma. Imaginad el cerebro como un mosaico compuesto de distintas "piezas". Bien. pues esas piezas son distintas en cada ser humano sin que estadísticamente haya variabilidad entre sexos. Es decir, que un cerebro puede ser tan distinto entre dos mujeres como entre un hombre y una mujer. O tan iguales.
Las críticas que ha recibido este estudio es que sólo centra la atención en la forma y el tamaño, cuando sabemos que para el cerebro es mucho más importante la función de las mismas. Cierto. Pero no hay que olvidar que la plasticidad cerebral es tal, que un comportamiento repetido puede modificar las estructuras, por lo tanto, la educación, al menos en el caso del ser humano tiene más peso en la construcción de género que todo el bagaje genético que traemos.

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